Un gol del canterano le da 3 puntos a un Real Madrid que se resiste a darle La Liga al Barcelona, a pesar del resultado del clásico
El Real Madrid se encomió de nuevo a los milagros para sacar 3 puntos. Y no porque no mereciera la victoria, sino porque el Mallorca aguantaba lo suficiente como para rascar 1 punto. Ahí, apareció el protagonista menos esperado, Jacobo Ramón, el canterano de 20 años que remato una dejada de cabeza de Jesús Vallejo. Así como escuchan, sucedió.
Los blancos tras la derrota en el clásico encaraban el duelo contra los mallorquinistas como un trámite de aquí a final de temporada. Una victoria obligaba al Barça a ganar en Cornellá en el derbi catalán para cantar el «alirón», y el Madrid no lo tenía fácil. En parte por las bajas. Sin Vinicius que fue cambiado en el clásico, Tchouameni que se lesionó en el entrenamiento previo y Rodrygo con fiebre, Ancelotti salió con lo justo. Destacaba Jacobo Ramón, que ya debutó frente al Celta y salía titular con Asencio. 9 fichas del primer equipo solamente y la sombra de la alineación indebida rondando ante tanta lesión.
Dominio sin recompensa
A pesar de las bajas el Madrid salió a rematar rápido al Mallorca. Güler dejó a Endrick mano a mano ante Leo Román, pero el portero ibicenco hizo la primera parada de la que sería su gran noche. Ante el dominio blanco el Mallorca respondió cargando el área con sus torres Larin y Muriqi, pero el gol vino en la acción más improbable. Un pase interior de Morey que rechaza Ceballos y Valjent, disfrazado de «9», recoge para hacer un disparo cruzado con la izquierda al palo izquierdo de Courtois. Golazo del jugador menos esperado.
Con el 0-1 y la parroquia blanca encendida tras el clásico, se escucharon algunos pitos. Pero en las adversidades aparecen los líderes. Modric, que de remontadas sabe algo, controlaba el juego con Ceballos en la base. Valverde, sensacional en las idas y venidas de un carril derecho por el que parece haber jugado 10 años vestido de blanco. Pero el dominio no se transformaba en ocasiones peligrosas. Bellingham estaba en todas partes pero, sinónimo de tu temporada, no aparecía en ninguna. El inglés en la jornada 36 sigue sin encontrar el encaje que el año pasado le hizo brillar. Una pena porque calidad le sobra y generó acciones de peligro que solo pudo parar uno, Leo Román.
Modric capitaneando en el partido de la carrera de Leo Román
El croata tiró de orgullo y coraje para levantar a los blancos. Tras el descanso el Madrid comenzó a abusar del centro lateral donde poco provecho pudo sacar ante las torres bermellonas. Arrasate ante el inmovilismo de su equipo reforzó el mediocampo para intentar generar algo a la contra. Pero Modric estaba con la batuta. Ante la que puede ser una de sus últimas noches vestido de blanco, fue el que filtró en la frontal para Mbappé, que sacó un derechazo imparable ahora sí para Leo Román. 28 goles de Kylian, cerca de la bota de oro en su primer año de blanco. Suerte que no se había adaptado aún.
El gol levantó a la grada. El Bernabéu necesitaba un electroshock para comenzar a creer. Ahí apareció Courtois, que con uno de sus clásicos milagros salvó un mano a mano de Morey para levantar a la afición. En ese momento el Madrid tuvo que volver a pelear contra el muro. Güler, Bellingham y Valverde vieron cómo sus remates fueron detenidos por Leo Román, que ya hizo un partidazo frente al Barça y hoy volvía a brillar. Buena carta de presentación.
Ancelotti ante la desesperación quemó naves pero sin jugarse la alineación indebida. Entró Vallejo por un Asencio con problemas y Gonzalo por Endrick. El goleador del Castilla tuvo también su oportunidad a centro de Fran García, pero la cruzó de más y su remate se fue desviado.
De nuevo tuvo que ser al final, con Courtois buscando el remate cuando la acción que ningún merengue esperaba sucedió. Vallejo peina un rechace y Jacobo remata por delante de Maffeo para sacar 3 puntos peleados que saben a orgullo. El Barça tendrá que ganar la liga en el campo, mientras que el Real Madrid se da un ejercicio de autoestima necesario.
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