Un doblete del francés resuelve la papeleta ante un Leganés que plantó cara
Volvía la liga al Santiago Bernabéu tras el parón de selecciones. El Real Madrid sabía del pinchazo del Atlético en Cornellá ante el Espanyol (1-1). Había que sumar de 3, y así hizo.
Desde el inicio el Real Madrid buscó tocar en área rival, aprovechando el 11 que había puesto Ancelotti, con descanso para los internacionales sudamericanos (Courtois incluido) y la entrada de piezas menos habituales como Güler. Aún así, las garantías que son Mbappé y Bellingham tenían que sacar el trámite adelante.
Dominio de los blancos con el balón, traducido en muchas llegadas al área rival pero pocas ocasiones. El Leganés, a merced de un Real Madrid que robaba tras pérdida en 3/4 y que cuando conseguía salir a la contra, no pisaba área rival. La mejor ocasión en el minuto 23, con una gran transición blanca en la que Bellingham se la dejó a Modric a placer pero su disparo fue rechazado por Sergio González. Los de Ancelotti crecían con el paso de los minutos, y Mbappé volvía a avisar con un disparo cruzado con la izquierda que lamió la cepa del poste.
Todo empezó desde el punto de penalti
Las fases de dominio forzaban a los pepineros a estar en su área, y así sucedió el penalti. Una combinación entre Bellingham y Güler forzó a Óscar a derribar al turco con el contacto suficiente para González Fuertes para pitar la pena máxima que posteriormente transformó Mbappé «a lo panenka». Otro gol para el francés, su gol 21 en esta liga.
Pero el gol madridista fue neutralizado inmediatamente por los pepineros. El «Lega» sacó rápido Rosier centró y Óscar falló. Suerte que estaba Diego García preparado con la caña para empatar el choque. El Madrid seguía teniendo la pelota, pero el peligro pepinero era real, y esperando agazapado a la contra una pérdida de Brahim ante Neyou y Rosier generó una contra que el francés llevó hasta la frontal donde buscó a un Óscar que, con un poco de suerte se llevó el rebote para dejarsela perfecta a Dani Raba. Remontada de coraje pepinera con un aire similar a aquella victoria en 2018 en Copa.
Otra cara tras el descanso
Tras el descanso el Madrid salió con bastante prisa, y de esa prisa salió el empate. Un disparo de Mbappé salvado por Dmitrovic ocasionó un rechace que Brahim volvió a aprovechar y Tapia salvó sobre la línea, tras un toque del larguero tuvo que ser Bellingham quien pusiese el 2-2 en el marcador y liderase la reacción blanca.
Una reacción que el Leganés quiso aprovechar en el minuto 48 con una contra en la que Raba dejó solo a Diego García, pero Bellingham estuvo atento y supo frenar al delantero que acabó chutando al aire. Ante las dificultades Ancelotti sacó a los brasileños para salvarle la papeleta ante un Brahim que lo intentó y un Güler que de nuevo volvió a pasar desapercibido.
Con los cambios el Madrid pudo seguir apretando y buscando romper el candado pepinero. De nuevo con González Fuertes de protagonista, tras señalar en la frontal una rigurosa falta de Tapia sobre Rodrygo donde el peruano toca el balón. Tuvo que ser a balón parado y de nuevo Mbappé quien adelantase a los blancos, ejecutando una jugada ensayada con un sensacional disparo a media altura al que Dmitrovic no pudo llegar.
A pesar del gol los de Ancelotti acabaron pidiendo la hora, ya que el Leganés las tuvo al final, con un centro de Brasanac en el minuto 87 que Munir en el punto de penalti remató desviado y un par de internadas peligrosas de Yan Diomandé, pero el canterano no pudo concretar ninguna acción.
Al final los blancos sacaron el partido adelante. Con polémica y una imagen poco vistosa, pero con la garantía de que las individualidades harán que balanza caiga de su lado en los momentos importantes de la temporada.
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