Un golazo del croata de 25 metros y otro de Vinicius guían el triunfo de un sólido Real Madrid frente un Girona que compitió hasta el final
El paso del tiempo pesa a todos, pero ciertas personas son capaces de hacer que el reloj biológico se pare. Luka Modric pertenece a ese grupo. Con 39 años ha liderado al Real Madrid frente a un equipo Champions como el Girona. No solo como capitán, sino siendo el encargado de abrir la lata con un disparo de 25 metros al que Gazzaniga poco pudo hacer. Así pues, el mago de Zadar vuelve a ser decisivo y aupar a los blancos al coliderato en LaLiga. Los de Ancelotti enseñaron una cara más férrea que creativa, ante un Girona mejor de lo que marcan ahora mismo sus registros en Liga. La tropa de Michel se topó con un Madrid que golpea con poco gracias a la dinamita que posee arriba. Vinicius y Mbappé siguen generando sinergia positiva, como se vio en el 2-0. Una asociación que debe dar muchos títulos en la Casa Blanca.
Ancelotti tras la exhibición de Mbappé y el pase ante el City dio descanso a Valverde, Ceballos y Bellingham, introduciendo a Brahim, el mencionado Modric y Alaba, titular por primera vez desde su lesión grave. El italiano probó con Rodrygo en la izquierda, Brahim por derecha y arriba como dupla Vinicius y Mbappé. El inicio fue un calco de lo que se está viendo este año en Liga, donde a los blancos les cuesta entrar al partido. Sería la hora de la siesta o el cansancio del miércoles, pero de nuevo al Madrid se le complicaba un inicio de choque. El Girona no se iba a arrugar, su estilo no lo permite. Por ello, aunque la amenaza de Vinicius y Mbappé al espacio era presente, se adueñó de la pelota al comienzo.
Ida y vuelta hasta que Luka paró el tiempo
A pesar de ello, poco a poco los blancos recuperaron terreno y comenzaron a dominar. Con Lucas como extremo y Modric como director, el Real Madrid comenzaba a llegar. Brahim soltó un latigazo que Gazzaniga paro y Vinicius tuvo una de cabeza tras combinar con Mbappé, pero ahí fue cuando el Girona tuvo las mejores. Danjuma dejó solo a Van De Beek y obligó a Courtois a hacer su milagro diario con una gran mano cambiada. Posteriormente de nuevo el ex del Villarreal dejó solo esta vez a Tsygankov, pero el ucraniano no consiguió conectar el golpeo.
El ida y vuelta no beneficiaba a los blancos, que sin Rüdiger sufría atrás pero adelante con los chispazos de sus estrellas podía decantar el duelo. La mejor la tuvieron Vinicius y Mbappé, que no pudieron culminar un 2 contra 1 por la aparición estelar de Ladislav Krejci. Fue en el 40 cuando apareció de nuevo el capitán. 40 también hará Modric este año, que recogió un rechace de un córner despejado por David López en la frontal para controlar con el pecho y dejarla botar para conectar una sensacional volea que acabó en la escuadra. La parroquia blanca volvió a aplaudir a su mesías. Si este fue su último cuadro, sin duda fue uno de los más bonitos. La atronadora ovación al croata fue lo más destacado antes del descanso.
La pareja de ases comienza a decidir
A la vuelta de vestuarios Ancelotti cambió de nuevo el esquema. Rodrygo volvió a la derecha, Vinicius a la izquierda y Brahim por detrás de Mbappé. El «7», de nuevo con espacio y hueco en su posición ideal, lideró las acometidas blancas. La mejor de todas acabó con un disparo que tocó el larguero.
Míchel en cambio movió las piezas para darle una imagen más reconocible a su equipo. La entrada de Arthur recuperó la posesión para los gironís, pero el Madrid solo buscaba salir a la contra con los velocistas aprovechando la vulnerabilidad. El vallecano en el 65 redobló la apuesta introduciendo a Bryan Gil y Asprilla, buscando así generar peligro. Ancelotti, a la contra, reforzó el medio con Ceballos y Camavinga. En ese momento los blancos empezaron a ser sometidos y quedaron incrustados en el bloque medio-bajo.
A pesar del dominio en la posesión, Mbappé casi remata el partido tras controlar un gran pase de Modric que Gazzaniga evitó que fuera el segundo. Aunque el Girona atacaba daba la sensación de que si los ases salían a la contra se podía acabar el partido. Así lo hicieron a falta de 7 minutos para el final. Vinicius condujo, cedió para Mbappé y Kylian leyó a la perfección el desmarque del brasileño, que anotó el segundo tras un remate forzado ante Blind y Gazzaniga. Se comienzan a entender y ya empiezan a ganar partidos para el Real Madrid. Tiempos duros se vienen para sus rivales aunque, el partido frente al Girona será recordado como otro de esos días en el que Luka Modric cambió todo.
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